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MadLoco
5
Nefarious: Cuando Habla el Diablo
Aunque el tema central es una posesión demoníaca, esta película se desmarca del terror convencional para adentrarse en el terreno del suspense psicológico. Con un enfoque que roza lo teatral, dada su limitación a tres personajes y un único escenario, la historia se despliega con una premisa que captura el interés desde el inicio.Edward Wayne Brady, un asesino en serie a punto de enfrentarse a la pena capital, ve en James Martin, un psiquiatra, su última esperanza para eludir la ejecución. La tarea de Martin es discernir si Brady está genuinamente trastornado, lo que le relegaría a un tratamiento psiquiátrico, en vez de al corredor de la muerte. La advertencia del alcaide sobre la astucia y capacidad manipuladora de Brady precede un encuentro lleno de revelaciones sorprendentes, donde Brady asegura que, antes de su posible muerte, tres personas más perderán la vida…
Dirigida por Cary Solomon y Chuck Konzelman, conocidos por “Unplanned“, esta cinta actúa como precuela de la novela “A nefarious plot“ de Steve Deace, explorando la incursión de un demonio en nuestro mundo con el objetivo de esparcir el mal y cosechar adeptos.
La tendencia de Solomon y Konzelman a entrelazar mensajes religiosos en sus obras anteriores me preparó para abordar esta película con una mente abierta. Sus intentos de influir sutilmente en la audiencia mediante discursos cargados de significado son evidentes también aquí, donde se insinúa una manipulación similar en la narrativa.
El filme aborda temas como la creación, la prevalencia del mal en la sociedad, y otros dilemas humanos desde la perspectiva de un demonio en cuerpo de condenado, dejando claro que nadie, ni siquiera los no creyentes, está a salvo de su influencia.
La interacción entre los dos personajes principales, marcada por diálogos que oscilan entre lo tedioso y lo cautivador, confiere a la película una dinámica de altibajos que, sin embargo, permite un visionado agradable. En cuanto a las actuaciones, Sean Patrick Flanery a veces desentona con excesivas expresiones faciales, mientras que Jordan Belfi entrega una interpretación convincente y consistente como James Martin.
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