Leopoldo es un proyeccionista que lleva años intentando construir una máquina capaz de grabar los sueños. Un día, consigue grabar uno, en el que se enamora de una mujer que vivió hace 110 años. Poco después, se topa con esa mujer. Se llama Raquel y le confiesa que ambos llevan años reencarnándose y convirtiéndose en amantes. Pese a que Leopoldo no recuerda nada de eso, se enamoran de nuevo. El problema surge cuando Raquel le dice que está harta de reencarnaciones y desea morir de una vez por todas. Él, en cambio, teme a la muerte.
Sinopsis:
Leopoldo es un proyeccionista que lleva años intentando construir una máquina capaz de grabar los sueños. Un día, consigue grabar uno, en el que se enamora de una mujer que vivió hace 110 años. Poco después, se topa con esa mujer. Se llama Raquel y le confiesa que ambos llevan años reencarnándose y convirtiéndose en amantes. Pese a que Leopoldo no recuerda nada de eso, se enamoran de nuevo. El problema surge cuando Raquel le dice que está harta de reencarnaciones y desea morir de una vez por todas. Él, en cambio, teme a la muerte.
Don Mario sin sueños no somos mas que un montón de vísceras y miedos.
- Cuando me saludaste, por un momento pensé... - ¿que habías tenido una pesadilla y que todavía seguías vivo?
- ¿Qué es? - Un recolector de sueños.
¿Cómo te fue en el velorio?
Parece que trabajé con Edison, y que inventé el cine.
Te voy a decir donde enterraron mi cuerpo. Lo pusieron con otras 5 personas que también mataron, te voy a dar los nombres y que mi vieja les avise a las otras madres.
Vos siempre fuiste un poco soñador, ese es tu problema.
- Asombroso Leo... Lo lograste, ¿te acordás qué soñabas? - No , no muy bien... pero me acuerdo que sentí algo muy especial... - ¿Miedo? ¿Angustia? - No, Amor.
Se qué esta pasando y me hace muy feliz. Pero no lo entiendo.
- Rachel, si yo muriera podríamos irnos juntos - Ni se te ocurra... Tenemos que encontrarnos en la vida. Ya va a ocurrir. Eso sí, prométeme algo... La proxima vez, no te mueras sin decirme a dónde vas.
Leopoldo, si el universo fuera solo tu barrio, tu ciudad, tu país, tu planeta... Si la vida se acabara en una caja de madera, si solo fuera esto que conoces hasta aquí, estaríamos pensando en un Dios tan mediocre.
Mi nombre es Carlos, un cuerpo de metal con corazón argentino.
Tranquila Anita que no te voy a abandonar. Te voy a llevar a donde vaya, al manicomio, al espacio, donde sea.
No cantes infeliz, ¡te estoy insultando!
Yo les agradezco muchachos, quizá me estén alargando la vida.
- Para vos es fácil, sos un espíritu. Sin tiempo, sin espacio, sin ganas.. - No es tan fácil Leopoldo. Extraño. Extraño tu cuerpo. Extraño la sed, el deseo, los sueños. Y al mismo tiempo tengo miedo de volver a sentir todo eso, porque sé que voy a volver a perderlo.
Como una ventana por la que pueden echar a volar los sueños liberados. Un preservador de sueños... para que no se esfumen cuando nos despertamos, cuando volvemos a la espantosa realidad.
Un día de estos te vas a electrocutar, Leopoldo.
- ¿Puede ser un amor de una vida anterior? - No, no es de otra vida... es de esta.
Ana tiembla como es habitual cuando tiene miedo.
- ¿A donde van? - A nacer.
- ¿William era inventor como yo? - Vos eras inventor como vos.
